¿Quieres alcanzar tus objetivos con éxito? ¡Aprende a formular tus metas!

SMART.jpg“No soy producto de mis circunstancias. Soy producto de mis decisiones.”

Stephen Covey

Con ésta frase, Covey nos explica uno de los aspectos vitales a la hora de conseguir nuestros objetivos: los resultados que obtenemos están directamente relacionados con el modo en que formulamos nuestras metas.

Seguramente no podremos controlar todo lo que pasa en el mundo exterior, pero sí podemos plantear nuestros objetivos con el máximo detalle. Nuestros propósitos son una fuente de motivación y nos dan un norte hacia donde dirigirnos. Pero, si no somos capaces de expresar objetivos claros, medibles y alcanzables, nuestros sueños serán sólo eso: sueños.

El método SMART para formular objetivos

En los años 80 del siglo XX George T. Doran, consultor y Director de Planeación para la Compañía de Agua de Washington, publicó un artículo titulado: «There is a SMART way to write management´s goals and objetives». (Existe una forma SMART de redactar las metas y objetivos de la gestión).

En inglés la palabra Smart significa “inteligente”. Doran la utilizó como acrónimo de una serie de características que deben cumplir los objetivos para ser efectivos. Veamos de qué se trata:

La S (specific) significa que tu objetivo debe ser lo más específico posible.

Cada vez que celebramos año nuevo nos proponemos cambios y buenos propósitos: no trabajaremos tanto, haremos cursos de perfeccionamiento en nuestra profesión, haremos deporte, delegaremos el trabajo, aumentaremos la rentabilidad de nuestra empresa, y cosas por el estilo.

Nos imaginamos al final del camino con nuestro cuerpo tonificado, el título de nuestro nuevo máster, más dinero en nuestra cuenta, disfrutando de la vida, pero…

Aunque todos esos objetivos nos entusiasman mucho, tienen el inconveniente de no ser específicos y lo más probable es que se queden en una declaración de intenciones.

Para poder formular objetivos específicos debemos partir de premisas claras haciéndonos preguntas como las siguientes:

  • ¿Por qué deseo alcanzar ese objetivo?
  • ¿Dónde lo llevaré a cabo?
  • ¿Cómo se puede conseguir?
  • ¿Qué pasos tengo que dar para conseguirlo?
  • ¿Qué plan necesito trazar, qué acciones debo realizar y durante cuánto tiempo?
  • ¿Qué recursos necesito?
  • ¿Qué cambios en mi vida personal/profesional implica alcanzar este objetivo?

Decir que deseo viajar más el próximo año es un objetivo ambicioso pero ambiguo. Un objetivo más específico sería : “Quiero hacer dos viajes este año. Uno dentro del país, a Mallorca y otro al extranjero, a Egipto”.

Cuanto más detalles contenga el planteamiento de tu objetivo, más fácil será definir el camino para llegar a él.

La M (mesurable en inglés) se refiere a que los objetivos tienen que ser medibles

Un objetivo que no se puede medir no sirve. No es suficiente que yo me plantee ganar más en mi negocio, es necesario que sea más preciso. Algo más concreto sería “Quiero ganar un 10% más en las ventas online en los próximos 3 meses”.

La concreción del objetivo me ayudará a formular la estrategia adecuada para alcanzarlo. Siguiendo el ejemplo anterior, si deseo aumentar las ventas online deberé plantearme hacer un mejor email marketing, optimizar mi web para dispositivos móviles, simplificar el proceso de compra, crear descuentos exclusivos para los clientes fieles, etc.

La A (Achievable and Attainable en inglés) nos dice que la meta debe ser factible y alcanzable.

El objetivo tiene que estar dentro de mis posibilidades para que pueda conseguirlo y lo que es más importante: que pueda mantener la meta a largo plazo.

Podemos frustrarnos mucho a la hora de perseguir una meta que no está a nuestro alcance. Si mi objetivo es escalar una montaña pero no tomo en cuenta la necesidad de estar adecuadamente entrenada, puedo ponerme en riesgo y tener dificultades físicas, problemas y accidentes.

Vale la pena preguntarnos si contamos con los apoyos y las ayudas necesarias para conseguir nuestro objetivo. Si deseo que mi marca tenga mejor presencia en Redes Sociales, deberé contar previamente con el planning y el personal cualificado para eso.

También debemos pensar en el impacto que tendrá en mi vida conseguir ese objetivo para decidir qué estoy dispuesto o dispuesta a cambiar para conseguir ese logro. Si mi objetivo es mejorar la rentabilidad de mi empresa en un 30% lo más probable es que tenga que invertir en recursos y trabajar más tiempo. Eso tendrá repercusión directa en mis horas de descanso, mi familia, mis estudios, etc.

La letra R (Relevant - realistic) hace referencia a la relevancia y realismo del objetivo.

¿Por qué es importante para mi conseguir esa meta? ¿El objetivo se adapta a la realidad o contexto en el que me encuentro?

Curiosamente podemos ser muy claros y específicos a la hora de fijar un objetivo, y al mismo tiempo no ser lo suficientemente realistas. Si yo me fijo la meta de perder 20 kilos en un mes estoy siendo específica y el objetivo es relevante, pero no cumplo con el realismo necesario.

Los objetivos que no están cimentados en la realidad generalmente fracasan en poco tiempo y son la fuente más frecuente de la desmotivación.

Relevante significa también tener la capacidad de previsión a la hora de plantearnos por anticipado cuáles son los obstáculos que podríamos encontrar en la consecución de ese objetivo.

Necesito la dosis de realismo necesaria para no desanimarme cuando los plazos se alarguen.

La T (time management en Inglés) se refiere al la gestión del tiempo para cumplir el objetivo.

Un objetivo bien planteado debe tener una fecha límite. El hecho de trabajar con plazos hace que nos mantengamos en movimiento. Si a la hora de plantearnos nuestros objetivos no ponemos plazos, tendremos un objetivo eterno, uno de esos sueños que no se cumplen nunca.

Eso no significa que nuestra agenda será excesivamente estricta, siempre pueden suceder imprevistos que alarguen la fecha para lograr nuestra meta. Lo importante es comenzar a trabajar teniendo en mente la planificación y una fecha límite. De este modo cuando no se cumpla la fecha estipulada podremos valorar cuáles fueron las causas del retraso y qué debemos mejorar para lograr nuestro objetivo.

El método Smart en un ejemplo

Supongamos que quiero mejorar la visibilidad de mi página web, para lograr el reconocimiento de la marca.

Lo primero es identificar los aspectos del sitio web que podrían mejorar: (contenido, SEO, optimización de imágenes, etc)

Aplicando el método Smart el objetivo quedaría planteado de la siguiente manera:

[S] Aumentar el tráfico a mi sitio web para posicionar la marca.

  • Qué quiero lograr con el objetivo.
  • Incluir posibles obstáculos que me impidan alcanzar el objetivo.
  • Quién se encargará de alcanzar el objetivo ( yo misma, una agencia externa, un depatamento de la empresa)

[M] Obtener un 40% más de visitas progresivo a lo largo de 8 meses

[A] Recibir asesoramiento en SEO, marketing de contenidos y aumentar la publicación en RRSS.

[R] Aumentar la visibilidad de mi marca mediante posicionamiento SEO, publicidad estratégica e invirtiendo un presupuesto acorde a mi empresa . Preguntarnos el “para qué” de algo nos ayuda a darnos cuenta si se trata o no de un objetivo importante.

[T] ¿Qué debo hacer a lo largo de 8 meses: hoy, mañana, pasado? ¿Qué metas deben cumplistes dentro de 1 mes? En este caso necesitaré monitorear el progreso (Utilizando métodos de rastreo como Google Analytics) y evaluar los resultados.

Establecer objetivos SMART nos ayudará a aclarar nuestras ideas y usar el tiempo y los recursos de manera productiva. Utilizando esta herramienta podemos aumentar significativamente las posibilidades de concretar un proyecto, tanto en lo profesional como en lo personal.

¿Utilizas éste u otro método para formular objetivos? ¡Compártelo!

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